En 2015 la revista Crono Motor me dió la posibilidad de escribir una crónica del rali que más ilusión me hacía. A la postre ha sido la crónica más dura de mi vida. Se titulaba «de la ilusión a la tragedia». Los acontecimientos que narraba son sobradamente conocidos. Es por ello que ahora me gusta comenzar con este nuevo título, continuador de aquel pero lleno de la mejor de las esperanzas. Ayer se ha publicado la lista de incritos de la siguiente edición de aquel rallye que por todos había sido tan esperado y soñado y resultó el más trágico recordado. Al igual que en 2015, ahí estoy formando parte de él, poniendo todas mis esperanzas en que resulte el rally que siempre tuvo que ser, y que sirva a su vez de recuerdo y homenaje a las víctimas y todos los que de un modo u otro sufrieron en la anterior edición. Y formar parte de ello me hace revivir la ilusión que siempre tuve por este especial rali. El rali que despertaba mi ilusión de pequeño, y el rali que, como bien ilustra esta preciosa foto, también me hacía a mí protagonista del despertar de ilusiones de los niños de hoy, entre los que se encuentraban también mis hijos… Ojalá sea recordado por esto y no por aquello otro por siempre… Que así sea.